Hablemos

Hablemos de cuando el amor de tu vida no está en tu vida. Hablemos de eso. Digamos que puede pasar. Que es una probabilidad dentro de esa cosa deforme o incierta que llamamos destino. Que parece que el tiempo no pasara, aunque sí, sí lo hace. A veces el amor de tu vida es el amor de tu vida y no está en ella. No sabe nada de vos. No conoce a la perfección cada una de tus sonrisas, ni siquiera cómo vas a completar la frase de la oración que sigue. No sabe si te gustan las milanesas de pollo o de ternera. No está ahi en las noches de fiebre. No estuvo nunca. A la noche solo es fantasma.

Hablemos de cuando el amor de tu vida es un recuerdo lejano. Como una fiesta de la primaria, como el viaje de egresados, como el mejor beso de toda tu historia, momentos de donde tampoco tenés fotos. Porque el amor de tu vida no está en tu vida pero sí está ahí, en la vida de otra, cumpliendo exactamente los mismos sueños que a vos te quedan por vivir. Hablemos de cuando el amor de tu vida no está en tu vida pero está viviendo la vida que no te animás a tener. O sólo está haciendo lo que tu no haces: viviendo la suya propia.